Hay mucha publicidad en torno a la dieta cetogénica. Algunos investigadores juran que esta es la mejor dieta para la mayoría de las personas, mientras que otros creen que es simplemente otra dieta popular.
Hasta cierto punto, ambas opiniones pueden ser correctas. No importa cuántas personas “crean” en una dieta, no existe una dieta perfecta para todos o para cada situación. La dieta cetogénica no es una excepción.
Sin embargo, la dieta cetogénica también tiene mucha investigación confiable para respaldar sus beneficios. De hecho, se ha descubierto que es mejor que la mayoría de las dietas para ayudar a las personas en situaciones de:
- Epilepsia
- Cáncer
- Cardiopatías
- Diabetes tipo 2
- Diabetes tipo 1
- Hipertensión
- Migraña
- Parkinson
- Alzheimer
- Inflamación crónica
- Obesidad
- Azúcar en sangre
- Síndrome de ovario poliquístico
- Hígado graso
Incluso si no tiene ningún riesgo de padecer estas enfermedades, una dieta cetogénica puede ayudarlo. Algunos de los beneficios que encontrará la mayoría de las personas son:
- Mejor funcionamiento cerebral
- Descenso de inflamación
- Aumento de energía
- Mejor composición corporal
Como puede ver, la dieta cetogénica tiene muchos beneficios, pero ¿es mejor que otras dietas?
¿Es necesario disminuir las calorías?
Muchos investigadores creen que la cetosis (combustión de cuerpos cetónicos para la obtención de energía) y la restricción de carbohidratos tienen un impacto pequeño en los beneficios de una dieta cetogénica. Su argumento es que las personas tienden a reducir la ingesta de calorías en una dieta cetogénica, que es la principal razón de sus beneficios.
De hecho, las personas que siguen una dieta cetogénica tienden a comer menos, porque es demasiado saciante tener una ingesta alta en grasas y media en proteínas. También es cierto que reducir las calorías puede mejorar la salud y reducir el peso, pero muchos investigadores no han considerado este aspecto.
La dieta cetogénica desencadena mecanismos importantes en el cuerpo y las células que no se encuentran en muchas otras dietas. Estos mecanismos únicos explican los beneficios de la dieta cetogénica, es decir, comer menos calorías no tiene respaldo científico para demostrar estos beneficios.
¿Cómo funciona nuestro cuerpo en una dieta cetogénica?
Los carbohidratos son la fuente de combustible preferida por el cuerpo. Cuando se restringe su consumo, el cuerpo reacciona como si estuviera ayunando. Esto estimula nuevos mecanismos de energía para proporcionar energía a las células. Uno de estos mecanismos se llama cetogénesis, y el resultado de la cetogénesis es una fuente de combustible alternativa llamada cuerpos cetónicos o cetonas.
Estos cuerpos cetónicos pueden ser utilizados como combustible por casi todas las células del cuerpo (excepto el hígado y los glóbulos rojos). Sin embargo, los azúcares y los cuerpos cetónicos afectan al cuerpo de formas diferentes.
Por ejemplo, quemar azúcar como combustible puede producir “Especies de oxígeno reactivo”. Estas pueden causar daño, inflamación y muerte celular cuando se acumulan. Por eso, el exceso de azúcar puede afectar la función cerebral y provocar la formación de placas en el cerebro.
Por otro lado, las cetonas proporcionan energía más eficaz y ayudan a proteger las células neuronales del cerebro. Esto se debe en parte a que la quema de cetonas utilizadas como combustible reduce la producción de especies reactivas de oxígeno y mejora la función y producción mitocondrial.
La restricción de carbohidratos también ayuda a las células sanas que luchan por sobrevivir. Si los carbohidratos no están disponibles, se activará un proceso celular llamado autofagia. Este proceso regula muchos factores, que mejoran la salud y la elasticidad de las células, eliminan el daño celular e inician procesos antiinflamatorios.
La combinación de autofagia y quema de cetonas es esencial para ayudar a las personas con cáncer y enfermedades cerebrales como la epilepsia, las migrañas y la enfermedad de Alzheimer.
Por otro lado, las cetonas proporcionan energía más eficaz y ayudan a proteger las células neuronales del cerebro. Esto se debe en parte a que la quema de cetonas utilizadas como combustible reduce la producción de especies reactivas de oxígeno y mejora la función y producción mitocondrial.
En nuestro cuerpo podremos ver cambios en los niveles de insulina. Al limitar los carbohidratos, eliminamos los estimulantes de insulina más grandes de nuestra dieta, reduciendo los niveles de esta, aumentando la quema de grasa y reduciendo la inflamación. La combinación de estos tres cambios ataca a los principales impulsores de muchas enfermedades crónicas: resistencia a la insulina, inflamación y acumulación de grasa.